El trabajo en el hogar es fundamental para muchas familias en España y contar con una empleada del hogar aporta organización y apoyo en las tareas del día a día. Sin embargo, en algunos casos la relación laboral llega a su fin y surge la pregunta: ¿cómo despedir a una empleada del hogar de forma legal?
Este proceso tiene particularidades distintas a las de otros trabajadores, ya que el empleo del hogar se regula por un régimen especial dentro de la legislación laboral española. En este artículo te explicamos qué derechos tiene la empleada del hogar, qué motivos de despido contempla la ley y cuál es el procedimiento correcto para evitar problemas legales.
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Las empleadas del hogar están incluidas en el Sistema Especial para Empleados de Hogar dentro de la Seguridad Social y su relación laboral se regula principalmente por el Real Decreto 1620/2011, así como por el Estatuto de los Trabajadores en lo que resulta aplicable.
Esto significa que no se puede despedir a una empleada del hogar de cualquier manera, sino que hay que cumplir con un procedimiento concreto. El empleador tiene derecho a finalizar la relación laboral, pero debe respetar la normativa en cuanto a preavisos, indemnización y comunicación escrita.
El despido de una empleada del hogar debe comunicarse siempre por escrito, indicando la fecha en la que finalizará la relación laboral y, en su caso, la causa que lo motiva.
Si se trata de un desistimiento del empleador, la ley exige un preaviso de 20 días si la trabajadora ha estado contratada más de un año o de 7 días si el contrato dura menos de un año. Durante este tiempo, la empleada del hogar tiene derecho a una licencia retribuida de seis horas semanales para buscar otro empleo.
La indemnización depende del tipo de despido. En el despido disciplinario, no corresponde indemnización, aunque sí el pago del finiquito por los días trabajados y vacaciones pendientes.
En el despido por desistimiento del empleador, corresponde una indemnización de 12 días de salario por año trabajado, con un máximo de seis mensualidades. Además, la empleada del hogar tiene derecho al finiquito, que incluye el salario pendiente, las vacaciones no disfrutadas y, en su caso, las pagas extra que no se hayan prorrateado.
Existen diferentes formas de dar por finalizada la relación laboral con una empleada del hogar. El despido disciplinario cuando hay un incumplimiento grave por parte de la trabajadora, como faltas injustificadas de asistencia, desobediencia o pérdida de confianza.
En casos donde existan razones organizativas o económicas que justifiquen la extinción del contrato, se conocería como despido objetivo.
O el despido por desistimiento del empleador, una figura específica de este régimen, que permite al empleador poner fin a la relación sin necesidad de alegar una causa concreta, siempre y cuando respete el preaviso y pague la indemnización correspondiente.
Este último es el más habitual ya que se adapta a la naturaleza especial de esta relación laboral, donde la confianza y la organización familiar tienen un papel fundamental.
Si el empleador no cumple con el procedimiento correcto el despido puede considerarse improcedente. En ese caso, la trabajadora puede reclamar judicialmente y obtener una indemnización mayor, equivalente a 33 días de salario por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades.
Por eso, es importante realizar el despido con todas las garantías legales para evitar conflictos.
Aunque no es obligatorio, contar con asesoramiento legal puede evitar problemas futuros. Un abogado especializado en despidos puede ayudarte a redactar correctamente la carta de despido, calcular la indemnización exacta y asegurarse de que cumples con los plazos de preaviso y las obligaciones legales. Además, si la trabajadora decide impugnar el despido, será fundamental contar con apoyo profesional para defender la validez del procedimiento seguido.