Viajar en transporte público es algo habitual en la vida diaria de muchas personas: autobuses, metros, tranvías o trenes. Aunque estos medios son, en general, seguros, no están exentos de accidentes. Ya sea por una caída brusca, un frenazo inesperado o un fallo en el servicio, muchas personas no saben qué pasos deben seguir si sufren un accidente en estas circunstancias. En este artículo te explicamos cómo puedes denunciar un accidente en el transporte público si has resultado perjudicado.
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Tras un accidente en un transporte público lo primero que hay que hacer es buscar atención médica. Aunque parezca que la lesión no es grave, es fundamental acudir a un centro médico lo antes posible. Esto no solo protege tu salud, sino que también sirve como prueba médica del daño sufrido. Asegúrate de conservar todos los informes, radiografías y recetas.
Es importante tomar pruebas del accidente. Haz fotos del lugar, anota la hora, el número de línea o identificación del transporte, y si es posible, recoge datos de testigos que puedan corroborar tu versión. Cuanta más información aportes, más sólida será tu denuncia.
Con estos datos podrías pasar a notificar el accidente a la empresa. Es recomendable que informes a la empresa del incidente por escrito, con todos los detalles: fecha, lugar, tipo de daño y una explicación clara de lo ocurrido. Muchas empresas disponen de formularios de reclamación física u online.
Es importante guardar billetes, abonos o cualquier justificante del viaje. Parece un detalle menor, pero demostrar que eras usuario del servicio en ese momento es esencial. No tires el billete ni el abono del día del accidente.
Según la legislación española, tienes un año desde el día del accidente para presentar una reclamación por responsabilidad civil. No obstante, es aconsejable actuar lo antes posible, ya que el paso del tiempo puede hacer que sea más difícil reunir pruebas, localizar testigos o demostrar la relación entre el accidente y los daños.
En los transportes de larga distancia como trenes de media o larga distancia, AVE o autobuses interurbanos, los pasos a seguir son muy similares. La diferencia suele estar en que estos servicios están cubiertos por seguros obligatorios de viajeros (SOVI), que protegen al usuario frente a este tipo de situaciones.
En estos casos, puedes reclamar directamente a la aseguradora que cubre al medio de transporte, o hacerlo a través de la compañía de transporte que debe gestionar el siniestro.
No todos los incidentes en un medio de transporte dan lugar a una reclamación. Pero si has sufrido daños físicos, materiales o perjuicios económicos a causa de un mal funcionamiento del servicio, una negligencia del conductor, una caída por falta de mantenimiento o cualquier otro motivo ajeno a ti, puedes y debes reclamar.
Para que lo tengas un poco más claro, los casos más comunes en los que se puede denunciar son:
Caídas por frenazos bruscos.
Golpes o atrapamientos al subir o bajar del vehículo.
Accidentes provocados por otro vehículo durante el trayecto.
Lesiones dentro del transporte por mal estado del suelo, escaleras, puertas, etc.
Entender esto es fundamental. Para poder denunciar a un transporte público es necesario demostrar que el accidente no fue culpa tuya, sino consecuencia de una actuación incorrecta o una falta de diligencia por parte de la empresa de transporte.
La denuncia o reclamación debe dirigirse a la empresa responsable del transporte. En el caso de los servicios públicos como metro, tranvía, tren o autobuses urbanos, normalmente se trata de una empresa pública o una concesionaria que debe responder por los daños causados a los usuarios durante el servicio.
Si se trata de un accidente más grave o con intervención policial, también puedes presentar una denuncia ante la Policía Nacional, Guardia Civil o los Mossos/Policía Foral, según tu comunidad.
Además, en algunos casos podrías acudir directamente a la vía judicial, sobre todo si no recibes respuesta a tu reclamación previa o si consideras que se han vulnerado tus derechos. En estos casos, contratar un abogado especializado en accidentes de tráfico puede marcar la diferencia.
Si el accidente ha provocado lesiones, secuelas, gastos médicos, bajas laborales o incluso daños psicológicos, tienes derecho a reclamar una indemnización. Esta compensación dependerá de varios factores como la gravedad de las lesiones, el tiempo de curación o las secuelas, los gastos derivados del accidente y el impacto en tu vida.
En estos casos, contar con el apoyo de un abogado experto te ayudará a calcular correctamente la cuantía y a defender tus derechos frente a la empresa de transporte o la aseguradora.
Sufrir un accidente en el transporte público no es algo que debas pasar por alto. Como usuario, tienes derechos y puedes reclamar si has resultado perjudicado por una negligencia, mal estado del vehículo o una acción imprudente. Lo más importante es que reúnas pruebas, informes médicos y actúes con rapidez.