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Divorcio y coche: ¿quién se queda con el vehículo tras la separación?

Cuando una pareja se separa o se divorcia, no solo hay que tomar decisiones emocionales y familiares, sino también resolver cuestiones prácticas: la casa, los muebles, las cuentas… y sí, también el coche. Aunque pueda parecer un detalle menor, el coche puede ser un bien muy valioso y motivo de conflictos, especialmente si solo hay uno o si ambos lo necesitan para trabajar. En este artículo te explicamos qué sucede con el coche en un divorcio: quién puede quedárselo, qué factores se tienen en cuenta y cómo se resuelve si hay desacuerdo. 

Si estás pasando por un divorcio o estás a punto de iniciar el proceso y te preocupa qué pasará con los bienes, incluyendo el coche, lo más recomendable es que busques asesoramiento profesional cuanto antes. En nuestra plataforma Easyabogado encontrarás abogados especializados en derecho de familia.

¿Cómo saber a quién pertenece el coche?

Lo primero que hay que analizar es a quién pertenece legalmente el coche y eso depende del régimen económico matrimonial. En España hay principalmente dos.

1. Sociedad de gananciales

Es el régimen más común (si no se firma nada en capitulaciones matrimoniales, se aplica por defecto en la mayoría de comunidades autónomas). En este régimen, todos los bienes adquiridos durante el matrimonio pertenecen a los dos sin importar quién los haya pagado.

Si el coche se compró durante el matrimonio, normalmente se considera bien ganancial, aunque esté a nombre de uno solo o aunque solo uno lo haya pagado.

2. Separación de bienes

En este régimen, cada uno mantiene la propiedad de lo que adquiere. Si uno de los dos compra un coche con su dinero y a su nombre, el coche será de esa persona, salvo que se demuestre que se compró para uso común o que el otro contribuyó de alguna forma.

Si el coche está a nombre de uno solo y fue pagado con su dinero, lo más probable es que sea suyo en exclusiva.

¿Cómo se decide quién se queda el coche tras el divorcio?

En un divorcio, hay varias formas de resolver esta cuestión. Lo ideal es llegar a un acuerdo entre ambas partes, pero si eso no es posible será un juez quien decida dentro del proceso de divorcio o en una liquidación de bienes gananciales.

Si hay acuerdo, los cónyuges pueden decidir libremente quién se queda con el coche. Esto puede hacerse a cambio de una compensación económica al otro, como parte de un reparto más amplio de bienes. O incluso vendiéndolo y repartiéndo el dinero. Este acuerdo puede incluirse en el convenio regulador del divorcio.

Si el coche es ganancial y no hay entendimiento, lo decidirá el juez cuando se haga la liquidación de gananciales. En ese proceso, se asignan los bienes a uno u otro y se compensa al otro si es necesario.

Si el coche es propiedad privativa de uno de los cónyuges, el otro no podrá reclamarlo, salvo que pueda demostrar que ayudó a pagarlo o mantenerlo (lo cual es complicado y debe probarse con documentos).

En los matrimonios, muchas veces el coche se pone a nombre de uno por comodidad o razones fiscales, pero se usa por ambos. En estos casos, lo importante es saber cómo se compró el coche. Si fue durante el matrimonio con dinero ganancial, será ganancial aunque esté a nombre de uno. Si fue antes del matrimonio, es privativo, salvo que después se aportase dinero común para mejorarlo o terminar de pagarlo (por ejemplo, financiado durante el matrimonio).

En general, el coche no influye directamente en cuestiones como la custodia de los hijos o la pensión compensatoria. Sin embargo, sí puede formar parte del acuerdo económico global.

Por ejemplo, si uno de los cónyuges tiene la custodia de los hijos y necesita el coche para llevarlos al colegio o al médico, el juez puede valorar esa necesidad para decidir la adjudicación del vehículo, especialmente si es un coche familiar.

¿Qué pasa si el coche está financiado?

Si el coche aún no está pagado por completo, hay que tener en cuenta la deuda pendiente. El coche puede estar a nombre de uno o de ambos, pero lo relevante es quién firmó el préstamo.

En este caso, al repartir el coche hay que decidir quién se queda con la propiedad y el uso del coche y quién asume la deuda pendiente con la financiera.

A veces, uno se queda con el coche y sigue pagando las cuotas; otras veces se vende y se cancela el préstamo con lo que se obtiene.


¿Qué ocurre cuando hay más de un coche? 

Si hay varios vehículos, lo habitual es repartirlos de forma equilibrada, teniendo en cuenta el valor de cada uno, su estado, el uso que se les da y si hay hijos o necesidades laborales.

No siempre hay un reparto exacto; a veces, uno se queda con el coche y el otro con otro bien del mismo valor, como un electrodoméstico o una cuenta bancaria.

¿Qué documentos hay que actualizar?

Una vez acordado quién se queda con el coche es importante hacer el cambio de titularidad en Tráfico (DGT), sobre todo si el coche pasa de uno al otro. Para eso necesitarás copia de la sentencia de divorcio o convenio regulador, contrato de compraventa (si hay compensación) y realizar el pago del impuesto de transmisiones patrimoniales (aunque a veces hay exenciones).

Si no se hace el cambio, pueden surgir problemas: multas que llegan a quien ya no es el dueño, seguros mal contratados o problemas al vender el coche en el futuro.

Aunque muchas veces el coche no es el bien más valioso en un divorcio, sí puede convertirse en un foco de conflicto si no se aclara bien su propiedad y uso. Ya sea porque tiene un valor sentimental, porque se usa a diario o porque está vinculado a una deuda, lo ideal es resolver esta cuestión con claridad y con ayuda de un abogado especializado en divorcios si es necesario.