La reagrupación familiar es uno de los trámites de extranjería más importantes para quienes ya viven legalmente en España y desean traer a sus familiares directos. Sin embargo, también es uno de los procedimientos que más dudas y errores genera, sobre todo en lo relacionado con los documentos que exige la oficina de extranjería. Entender qué debes presentar, cómo hacerlo correctamente y qué requisitos debe cumplir cada documento es clave para evitar retrasos, subsanaciones o incluso una denegación.
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En este artículo te explicamos qué documentos necesitas para pedir la reagrupación familiar en España y cómo presentarlos correctamente.
La documentación para solicitar la reagrupación familiar es amplia y puede variar ligeramente según el familiar que quieras traer: cónyuge o pareja de hecho, hijos menores, ascendientes o familiares en situaciones especiales. Pero, en general, la oficina de extranjería exige una serie de documentos básicos que demuestren tres aspectos fundamentales: que vives legalmente en España, que tienes medios económicos suficientes y que existe un vínculo familiar real y debidamente acreditado.
El expediente siempre comienza con tu tarjeta de residencia en vigor, ya que solo las personas con autorización de residencia renovada pueden reagrupar. También deberás presentar tu pasaporte completo, el empadronamiento conjunto actualizado si el familiar ya vive contigo en España o el tuyo individual si aún está fuera.
Uno de los documentos más importantes es el contrato de alquiler o título de propiedad que demuestre que dispones de un alojamiento adecuado. No basta cualquier contrato; debe ser un domicilio real, estable y en condiciones mínimas de habitabilidad. Muchas denegaciones se producen porque el contrato no está actualizado, no se demuestra el pago o no coincide con el padrón.
El segundo gran bloque es el de los medios económicos, que deben ser superiores al IPREM según el número de personas en la unidad familiar. Para demostrarlo, la oficina suele pedir nóminas recientes, contratos laborales, declaraciones de la renta, extractos bancarios o certificaciones de ingresos si eres autónomo. También es habitual que se soliciten los movimientos bancarios de los últimos meses para comprobar la estabilidad de tus ingresos.
El tercer bloque es el de los documentos que acreditan el vínculo familiar. Aquí es imprescindible presentar certificados oficiales: partidas de nacimiento, certificados de matrimonio o, en el caso de parejas de hecho, la inscripción en el registro correspondiente. Estos documentos deben estar apostillados o legalizados y traducidos por traductor jurado si no están en español. Además, para ascendientes, deberás demostrar dependencia económica con documentación bancaria que pruebe envíos de dinero continuados.
Cada documento debe cumplir su forma jurídica exacta. Cualquier pequeño detalle afecta directamente a la validez del expediente por lo que es fundamental revisarlos cuidadosamente antes de presentar la solicitud.
La mejor forma de presentar la solicitud es de manera telemática ya que permite adjuntar todos los documentos de forma ordenada y garantiza que la oficina los reciba sin riesgo de extravíos. Al subirlos, es importante que los archivos estén bien escaneados, sean legibles, estén nombrados de forma clara y, si es posible, ordenados conforme al índice del escrito de solicitud.
El escrito de presentación debe explicar de forma sencilla qué familiar deseas reagrupar y cómo cumples los requisitos. No tiene que ser excesivamente técnico, pero sí claro, ordenado y coherente. Este pequeño detalle mejora significativamente la comprensión del expediente por parte del funcionario que lo evalúa.
Cuando presentes documentos extranjeros, tienes que comprobar que cumplen todos los requisitos de apostilla o legalización dependiendo del país. Las traducciones deben ser oficiales y no pueden estar incompletas ni contener errores. Un documento mal traducido o sin apostillar se considera directamente “no presentado”.
Muchos expedientes se deniegan por errores que podrían haberse evitado desde el principio. Uno de los más comunes es presentar documentos sin apostillar, traducirlos de forma incorrecta o hacerlo fuera de plazo. También ocurre a menudo que las personas no demuestran adecuadamente la dependencia económica de los ascendientes o que intentan justificar ingresos sin estabilidad suficiente.
Otro error habitual es presentar contratos de alquiler que no coinciden con el padrón o que están vencidos, incompletos o no registrados. Lo mismo ocurre con las pruebas económicas, las oficinas de extranjería son muy estrictas con la solvencia del reagrupante por lo que los ingresos deben ser constantes, documentados y verificables.
Por último, muchos expedientes fracasan por una presentación desordenada o por aportar información contradictoria. Un expediente claro, coherente y bien armado siempre tiene mayores probabilidades de ser aprobado.
Si te encuentras en una situación en la que tienes dudas contratar un abogado de extranjería puede marcar la diferencia. Los requisitos de estos procedimientos cambian con frecuencia y cada oficina aplica criterios concretos, por lo que contar con un profesional que revise tu expediente es una garantía de tranquilidad.