Solicitar un permiso de residencia en España puede ser un proceso complejo, sobre todo cuando la situación de la persona es irregular. En estos casos, una de las vías más utilizadas para obtener la residencia es el arraigo. En este artículo te explicamos qué tipos de arraigo existen en España, qué requisitos tienen y cómo se solicitan.
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El arraigo es una autorización de residencia temporal que se concede a extranjeros en situación irregular, siempre que puedan demostrar un vínculo con España, ya sea a través del tiempo de permanencia en el país, de relaciones familiares o de motivos laborales.
Este permiso se regula en el Reglamento de Extranjería y tiene como objetivo dar una solución a quienes ya forman parte de la sociedad española y tienen una vida estable aquí, aunque carezcan de residencia legal.
Actualmente, la normativa contempla cuatro tipos principales de arraigo:
Arraigo social
Arraigo laboral
Arraigo familiar
Arraigo para la formación
Cada uno de ellos tiene requisitos específicos y se concede en función de la situación particular de la persona extranjera.
El arraigo social es el más común. Está pensado para personas extranjeras que han vivido en España de forma continuada durante al menos tres años y pueden demostrar vínculos familiares o integración social en el país.
Para solicitarlo, es necesario contar con un contrato de trabajo de al menos un año o bien acreditar recursos económicos suficientes. También se exige un informe de integración social, emitido por la Comunidad Autónoma, que valora la adaptación de la persona a la sociedad española.
El arraigo social es una de las vías más habituales para regularizar la situación de extranjeros, y contar con un abogado de extranjería puede marcar la diferencia para presentar un expediente bien preparado.
El arraigo laboral está destinado a personas que llevan al menos dos años en España y que pueden demostrar que han trabajado de forma legal durante al menos seis meses.
Este tipo de arraigo se utiliza principalmente en situaciones en las que la persona ha estado en España trabajando con permiso o ha tenido algún procedimiento judicial o administrativo que lo acredite. No se admite haber trabajado sin contrato para acceder a esta vía.
El arraigo familiar se concede a extranjeros que tienen vínculos directos con ciudadanos españoles. Existen varias situaciones en las que se puede pedir. Cuando se es padre o madre de un menor de nacionalidad española o cuando eres hijo de padre o madre que haya sido español de origen.
Este permiso tiene condiciones específicas y en muchos casos es más rápido de tramitar que otras formas de arraigo, ya que se basa en la protección de la unidad familiar y en el interés superior del menor.
El arraigo para la formación es una modalidad más reciente, pensada para quienes llevan dos años en España y desean regularizar su situación comprometiéndose a estudiar una formación oficial.
En este caso, el extranjero debe matricularse en una formación reglada orientada al empleo (por ejemplo, un certificado de profesionalidad, un ciclo formativo o estudios universitarios). La residencia se concede inicialmente para que la persona pueda cursar la formación, y posteriormente, se puede modificar a un permiso de trabajo.
El procedimiento es similar para todos los tipos de arraigo. La solicitud se presenta ante la Oficina de Extranjería correspondiente al domicilio de la persona, acompañada de la documentación que acredite el cumplimiento de los requisitos.
El expediente se estudia y, si es aprobado, se concede una residencia temporal de un año, que después puede renovarse o modificarse a otro tipo de autorización en función de la situación laboral o familiar del extranjero.
Dado que los trámites pueden resultar complicados y los requisitos varían según el tipo de arraigo, contratar un abogado de extranjería especializado es una decisión muy recomendable para evitar errores y aumentar las posibilidades de éxito en la solicitud.
Una vez concedida la residencia por arraigo, el extranjero obtiene un NIE (Número de Identidad de Extranjero) y una tarjeta de identidad (TIE). Durante el año de vigencia, es posible trabajar si el permiso lo autoriza, y llegado el momento de su vencimiento, se puede solicitar la renovación o la modificación a otro tipo de residencia o trabajo.
Esto significa que el arraigo es una puerta de entrada a una vida legal y estable en España, pero es fundamental seguir cumpliendo con las condiciones y plazos para no volver a caer en situación irregular.
Entender cuál se adapta mejor a cada caso es clave para no perder tiempo ni oportunidades. Por eso, si te encuentras en esta situación, lo mejor es contar con ayuda profesional.